De un verdadero espíritu de servicio es de lo que más carecen las sociedades y las organizaciones actuales, lo cual se debe en un considerable porcentaje, a que no existe un compromiso genuino de búsqueda constante por parte de cada uno de los miembros que las integran, con relación al desarrollo completo de su propia persona. Y es que en definitiva, para que se geste y se construya auténticamente una cultura de servicio en todo el sentido de la palabra, el pilar esencial es precisamente la persona, la calidad de la persona.
Uno de los requisitos fundamentales para crear una cultura de servicio es el desarrollo de la virtud de la humildad. Pero la soberbia y la búsqueda de vanagloria personal, contribuyen de una forma muy frecuente a que ésta pierda su grandeza.
El ser humano, al no vivir la humildad, puede muy bien hacer desgraciados a quienes le rodean, pues la soberbia lo infecta todo: familia, amigos, trabajo, etc. Por ejemplo, esta persona exigirá un trato especial porque se cree distinta, habrá que evitar con cuidado el herir su extrema susceptibilidad, de alguna manera se tendrá que tolerar su actitud dogmática en las conversaciones, sus intervenciones irónicas, el no importarle que los demás queden mal, mientras él o ella quede bien. Pero resulta que todas estas son manifestaciones de algo más profundo, pues se trata fundamentalmente de un egoísmo desmedido que se apodera de la persona, cuando ella ha puesto equivocadamente todo el horizonte de la vida en sí misma.
Mi colega JOTA DE, en su post, JURAMENTO HIPOCRÁTICO, dice: es un documento fundamental para la ética y deontología de la práctica médica, fue atribuido a Hipócrates en la antigüedad, aunque investigaciones más modernas indican que podría haber sido escrito después de su muerte.
Mi colega Gianmarco, en su post, La medicina de hoy, dice: El ejercicio de la medicina siempre está cambiando. Los principios éticos que han ofrecido orientación para solucionar problemas de esta índole en el pasado ayudan al médico a evitar dificultades y servir como recordatorio de las obligaciones y los deberes comunes a los que ejercen la profesión médica.
Mi colega, en su post, El amor en la medicina, dice: El amor más allá de la cortesía va, y sólo es posible, cuando al enfermo, como una persona íntegra, con nombre y apellido es tratado, cuando… tanto en su parte corporal como en la espiritual, en su psique nos adentramos.
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